Los Rellenos Sanitarios

 

Un método más ventajoso de eliminación de la basura es la creación de rellenos sanitarios, éstos, a diferencia de los tiraderos al aire libre, cada capa de desechos se recubre por una capa de tierra, arcilla o grava, de esta manera, los desechos no están expuestos al aire libre, a los insectos o a los roedores, pero sí están sujetos a la descomposición bacteriana, de modo que la biodegradación tiene lugar en una forma que evita la contaminación y las enfermedades.

Para el funcionamiento eficiente, los desechos han de estar bien comprimidos, y los objetos grandes (como los muebles) han de hacerse pedazos.  En la práctica, el relleno higiénico de tierra no siempre es muy estricto. Por ejemplo, una capa delgada de tierra constituirá acaso una barrera ineficaz contra las ratas que excavan, las moscas que emergen de las larvas, los gases que se forman en la descomposición o los contaminantes que se disuelven en el agua.

En el país solamente se tienen alrededor de 84 sitios que se pueden considerar tiraderos controlados o rellenos sanitarios, los cuales cumplen total o parcialmente con la normatividad. Es un método con un costo altísimo, puesto que implica la recolección, el transporte, el transbordo, así como el manejo y traslado hasta el sitio de relleno.

Una problemática asociada a este tipo de manejo es que los rellenos sanitarios no dejan de ser altamente contaminantes del suelo, del subsuelo y, lo que es más grave, de los mantos acuíferos subterráneos, ya que su construcción se realiza en las cuencas o depresiones de terrenos cercanos a las áreas urbanizadas. La basura orgánica al fermentarse y pudrirse, desprende líquidos muy venenosos que por infiltración natural, van contaminando el subsuelo; si a su paso encuentran un manto acuífero, lo envenenan. Lo peor es que en ciudades como la de México, dentro de muy poco, quizá 10 años, los terrenos para depositar basura estarán saturados. Las únicas alternativas al respecto serán: localizar depresiones en terrenos más alejados de la ciudad, igual como se ha hecho desde hace 300 años; o bien, cambiar de mentalidad sobre el destino de los residuos sólidos y establecer un plan de reciclaje y uso productivo de la basura domiciliaria, en el que participen conjuntamente las autoridades y la sociedad civil.